martes, 21 de abril de 2009

Mis manos,.. mis complices.



Qué haría yo sin ustedes
sin poder ordenar cada día y
que muevas todo mi ser?
Lo que ansio tener,
¿quién diablos me lo daría?
Sin ustedes,
¿quien podría
gozar al anochecer?

Acaricias y prendes
todo lo que puedas encontar
Y aunque quieras no puedes
soltarlo, pues no sabes
controlaro.
Jamás lo asimilas
ante aquello que no ves

Y cuando me obedeces y
acaricias otra piel
creo que me enloqueces.
Sigilosa te mueves
muy puestas en el papel
de la mejor amante.

Cuando se siente el placer
de otras manos semejantes
es fácil reconocer
que no se pueden tener
cuatro manos en dos guantes.

Y cuando me acarician esas manos,
que gran servicio me hacen,
pues demuestran que me ama.
Y porque haga lo que haga

y toque lo que toque,

siempre hara lo que quiere
y siempre estara donde esta.

Viejas amigas ajadas
por mil batallas perdidas,
muchas veces derrotadas
y otras muchas malheridas,
pero siempre al fin salvadas.

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